Por Matías Enríquez
Luís Aragonés ya había tomado la decisión: luego de citarlo y no darle minutos en dos amistosos, lo llevo al Mundial de Alemania. Por aquel entonces, Iniesta alternaba titularidad y suplencia en el Barcelona de Rijkaard. Debutó en el tercer partido frente a Arabia Saudita. En 2008, Aragonés comprendió que debía darle mayor protagonismo de cara a esa Eurocopa, inolvidable para el fútbol español. Imprescindible contra Austria y Suiza en los grupos, Cerebro fue fundamental en la semifinal con Rusia, el gran equipo de aquella Euro.
En 2009, Vicente del Bosque optó por darle mayor rodaje a Cesc y alejó a Iniesta de la selección en aquella Copa Confederaciones, producto de una lesión muscular que ya lo venia aquejando. En el gol de ayer, Fabregas asistió a Iniesta quien, pegándole de abajo para arriba anuló a Stekelenburg. Del Bosque siempre había manifestado su admiración por este joven futbolista pero el notorio crecimiento de Cesc Fabregas ameritaba esa citación. Ese mismo año, los periodistas Sique Rodríguez y Dani Sanabre habían convencido al futbolista de escribir el libro «Un año en el paraíso», que trataba sobre las vivencias del triplete obtenido con el Barcelona multicampeón de Pep. Es inolvidable el relato de Andrés de aquel golazo en Stamford Bridge, el más importante de su carrera…por ahora (tal como diría su amigo Leo Messi en una famosa publicidad).
Con más madurez y rodaje en el Barcelona, supo como encontrar el espacio para complementarse con Xavi Hernández, el otro gran pilar de «la furia roja», de cara a este mundial. Compatibles en el centro del campo por obra y gracia de Pep Guardiola, ambos jugadores fueron fundamentales en esta conquista. El 22 de junio de 2010 dejó su primer sello en el mundial con su gol a Chile. Su movimiento para encontrar el espacio libre demuestra las condiciones de un jugador de otra galaxia. Ubicuidad, técnica y organización forman parte de su manual de fútbol total. Frente a Holanda, en la final, convirtió el gol más importante de la historia del fútbol español. Allí, demostró la enorme clase de persona que es. La dedicatoria para Dani Jarqué emocionó a propios y extraños.
España dominó el encuentro en los últimos minutos con las mismas armas con las que logró llevarse el titulo. Un gran Iker Casillas en el arco; un despliegue defensivo sustentado por los fenomenales Puyol y Piqué más el sacrificado despliegue de Ramos; inteligencia y practicidad en la línea medular con los culés Busquets, Iniesta y Xavi; y un mortífero David Villa para lograr la apertura de los espacios en pos de las llegadas de los centrocampistas. Sin una referencia de área, el fútbol ofensivo también es posible.
Con una impronta 100% guardiolista, Del Bosque logró llevar a España al Olimpo del fútbol Mundial. Iniesta fue la figura en la final. En Fuentealbilla, el pueblo del cual es oriundo se juntaron a celebrar las 1.800 personas que habitan allí en la calle que lleva su nombre: Andrés Iniesta Luján. Ahora tendrá que reeditar su propia novela y agregarle un capitulo más a su genial «Un año en el paraíso». Felicitaciones España, gran campeón del mundo por su fenomenal funcionamiento colectivo.