Hace exactos 29 años falleció, producto de un inesperado paro cardíaco. Estaba por salir a caminar con otra leyenda del fútbol argentino como Ubaldo Fillol. La historia dice que cayó en los brazos del ex arquero aquel 19 de septiembre de 1983.
Su nombre representa las épocas mas gloriosas del Club Atlético River Plate. Sus 293 goles en 593 partidos (máximo artillero de la historia del club) lo describen a la perfección como un goleador nato. Su pasión por el conjunto millonario queda evidenciada en esos 20 años que vistió la camiseta de sus amores y en esos otros tantos que ocupo el banquillo que da la espalda a la platea San Martín. Nueve campeonatos y otros tantos certamenes de aquella época son parte de su rica vitrina personal. Su apellido se nombraba en primer orden en aquella delantera letal de la máquina, modelo 40. Cualquier veterano hincha de River lo puede recitar de memoria: Labruna, Loustau, Pedernera, Muñoz y el “Charro” (por José Manuel Moreno).
Su leyenda trasciende al club de Nuñez. 17 goles con la camiseta de la selección y dos copas américas, ademas de haber disputado la fase final del Mundial de Suecia 58 forman parte de sus pergaminos con la albiceleste. La segunda guerra mundial y la no decisión de Argentina a participar de los mundiales de Brasil y Suiza privaron la explotación de este brillante talento hacia el extranjero. Con el tiempo, el hincha de River agradecería tal fortuna.
Antes de ponerse el buzo de entrenador de River, hizo un curso acelerado en equipos como Defensores de Belgrano (donde logró un título en 1967), Platense, Central (donde alcanzó otro título), Racing y Lanús, entre otros. Pero la devolución a tanto amor por el club de la banda se hizo presente cuandoagarró al River virgen, tras 18 años de abstinencia de campeonatos. Cumplía con la profecía “vuelvo a River para ser campeón”. River se alzaba un nuevo título con su hijo pródigo en el banco de suplentes. En realidad fueron varios: 4 títulos Metropolitanos (75, 77, 79 y 80) y 2 Nacionales (75 y 79). Sus entradas a La Bombonera, tapándose la nariz, forman parte de una fotografía que conmueve a los hinchas millonarios, incluso con el paso del tiempo. Así como lo había hecho como jugador, engrandeció la leyenda de River, esta vez como entrenador.
Hace 29 años, el mundo del fútbol se despedía de una inolvidable leyenda, que quienes la vieron en vivo y directo no dudan en comparar con las grandes estrellas del fútbol mundial.Ese era la Pulga, el Puma, el Mesías…pero como papá Ángel y mamá Amalia, el mundo del fútbol prefiere recordarlo como “Ángelito”, si después de todo, así le decían.