Por Matías Enríquez
En Inglaterra, la historia parecía repetirse. Barcelona dominaba el juego y las acciones. Arsenal se disponía a mantener ese valioso 0-1. Guardiola cometió un error que el costó muy caro. A los 23 minutos del ST, decidió el ingreso de Keita por David Villa. Wegner leyó el planteo conservador de Pep y mandó a la cancha a Bendtner y a Arshavin. Van Persie y el ruso Arshavin le terminarían dando la victoria a los británicos por 2 a 1.
El partido de vuelta brindaba la posibilidad de ver a los dos equipos que mejor fútbol predican a lo largo y ancho del mundo. Arsenal y Barcelona. Concepciones similares a la hora de comprender el juego, Wegner y Guardiola son los grandes exponentes de una nueva cosmovisión futbolera que valora el buen juego por sobre el resultadismo extremo. Pases cortos y precisos, movilidad plena, explosión en ofensiva y ocupación de todo el campo de juego son los principales pilares de manual para ambos entrenadores.
Frente a las estructuras ganan los diferentes. Cuando la historia pintaba ardua para el Barcelona, apareció su hijo pródigo. Lionel Messi realizó una extraordinaria pirueta propia de un videojuego para dejar a Almunia despatarrado y convertir ese 1-0 relajador. Hubo tiempo para que Busquets convierta un gol en contra y el Arsenal respire aliviado ese 1-1. Pero poco duró la alegria de los gunners. Xavi y nuevamente Messi, ahora de penal dandole apenas una caricia a la pelota, terminarían definiendo el partido por 3-1.
Messi tiene un talento que no conoce de límites. Es en vano brindarle calificativos a tamaño PROFESIONAL. Su velocidad, su irrespetuosidad por el orden táctico (atributo que su físico le permite aguantando los partidos completos) lo convierten en un jugador de otro planeta. Los números hablan por sí solos. 45 goles en 39 partidos esta temporada de los cuales hay 8 en 8 partidos en Champions League. Dueño de un freezer en el cerebro, definió dos situaciones en donde cualquier delantero se pondría nervioso con una facilidad única.
Sin dudas que el otro gran héroe de la noche fue Javier Mascherano. Criticado por algunos medios y cuestionado por su forma de jugar, Masche tuvo sus minutos de fama. En el minuto 88, luego de un fantástico despliegue cortando los circuitos de juego del Arsenal, corrió 15 metros para alcanzar a Bendtner y robarle la pelota, justo cuando el gran danés se preparaba a definir el partido, mano a mano con Valdés. Barriendo desde atrás sin cometer falta, tal vez una de sus grandes habilidades, logró salvar al Barcelona de un injusto 3-2 que lo habría dejado fuera de competencia. En una de esas noches europeas que será recordada por todos los barcelonistas, Masche demostró que su fútbol también amerita el aplauso. Recibió una ovación de todos los hinchas culés, presentes en el Camp Nou, acorde a la magnitud e importancia de la jugada que habia salvado.
Para Barcelona, cómodo líder de la Liga BBVA y presente en la Copa del Rey (enfrentará al Real Madrid en la próxima ronda), a la historia de Champions todavía le quedan varios capítulos como el de ayer. Barcelona triunfó anoche con su juego vistoso y definido con Mascherano y Messi, como los dos grandes valores, sumados a las grandes actuaciones de Xavi, Iniesta y Pedro. El Barca sigue en la UEFA Champions League..por obra y gracia de nuestros Mascherano y Messi.