Julio Grondona, el hombre detrás de la AFA

Por Matías Enríquez

Su mandato, lleno de sospechas e incertidumbres, atravesó dictaduras y democracias. Mientras él presidia la institución de Viamonte 1300, los presidentes desfilaban uno tras otro, desde Videla a Kirchner, pasando por Alfonsín, Menem y el propio De la Rua.

Su figura se hace intocable en el ámbito del fútbol y sus aires de Vito Corleone lo retratan a la perfección. Es “el Padrino” -asi lo llaman- de esa familia llamada Asociación del Fútbol Argentino. Julio Humberto Grondona, el hombre que dirige el fútbol argentino desde hace casi 30 años. El mismo que hipotecó el futuro del deporte mas lindo del mundo en manos del estado.

Comenzó su carrera dirigencial siendo uno de los miembros fundadores de Arsenal de Sarandí en 1956. Grondona presidió al tercer equipo de Avellaneda desde 1957 hasta 1976. Luego de abandonar la dirigencia del equipo de Sarandí se postuló como presidente de Independiente y dirigió al conjunto rojo hasta 1981. En el interín le habia llegado el gran desafío que habia esperado durante toda su carrera: dirigir la Asociación del Fútbol Argentino. En 1979, mientras Maradona y Ramon Diaz nos regalaban el primer título juvenil sub-20 en Japón, Grondona asumía en un cargo que no largaría jamas.

Deportivamente, fue vital en el logro de 1986. Mientras la Secretaría de Deportes esperaba deseoso un fracaso de la selección en aquel mundial que envió a Maradona al estrellato, Grondona se vanagloriaba por el deber cumplido y festejaba ese trofeo como el gran logro de su carrera. Como si él hubiese asistido a Valdano en esa monstruosa definición o como si él fuera (y no Enrique) quien se la pasó a Maradona antes de ese inolvidable gol que recorrería el mundo entero para asombro de propios y extraños.

En estos días, Grondona es noticia por la venta de los derechos de televisación del torneo argentino al Estado. Precisamente él, que es el Presidente de la Comisión de Finanzas y el Consejo de Mercadotecnia y Televisión de la FIFA. Tratar de dilucidar cual es el criterio del ente que dirije el fútbol mundial, a la hora de contratar a sus dirigentes parece un dilema que ni el más intelectual podria resolver.

Desde 1979, el “Padrino” fue vinculandose con el poder. Si bien trato de no hacerlo de forma activa es sabido que, en más de una oportunidad, recibió cargos. Sobrevivió a radicales, militares y peronistas. Menem trato de desestabilizarlo, pero no pudo. En el 83 rechazó una propuesta firme para ser Intendente de su querida Avellaneda. Hoy es noticia. Detrás de esa solución para los clubes, dibuja su sonrisa más romantica a la hora de dirigirse a la presidenta Cristina Fernández. Lamentable es el calificativo exacto para la reunión que presidió la presidenta junto a Grondona, A. Fernandez y cia.

Paradójico o no, el máximo líder del fútbol argentino no va a la cancha. Frases como aquella del 2005 (“Llevo tanto tiempo en la AFA como el Papa en el Vaticano”) lo definen como un narcisista de letra. Su estilo caudillesco y egócentrico grafica a la perfección su personalidad. No delega nada, mantiene una autoritarismo sin ser reprochado por nadie ni nada. Nadie se atreve a llevarle la contra. Son pocos los dirigentes que lo hacen y para ellos, se presagia siempre lo peor. Raúl “Pistola” Gámez lo enfrentó y hoy no es mas el presidente de su querido Velez Sarsfield.

Hoy su nombre es fija en la portada de todos los diarios. Se lo ve sonriente y feliz. Siente que cumplió con su deber. Hoy ayuda a los mismos clubes argentinos a los que alguna vez perjudicó y, a los que potencialmente, seguirá perjudicando. Así, en este clima de hipocresía, la pelota volverá a girar este fin de semana.