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Independiente campeón, por virtud de su entrenador

Posted by menriquez en 10 diciembre 2010

Por Matías Enríquez

En Quito (post 2-3), brindó su primer veredicto: «Seremos campeones». En Goiania (post 0-2) ratificó sus dichos, aún cuando su equipo no estuvo a la altura de las circunstancias. Frontal y riguroso de la estrategia, Antonio Ricardo Mohamed sentía que este era su momento como entrenador para obtener un título, luego de sus experiencias en Mexico (Monarcas, Jaguares, Veracruz) y Argentina (Hurácan y Colón).

El 20 de Septiembre, Daniel Garnero y César Luis Menotti abandonaron el barco producto de un equipo que no podía salir de las últimas posiciones. En esa tendencia devoradora de técnicos del fútbol argentino, Dani se vio obligado a presentarle la renuncia al presidente Comparada, al mismo tiempo que El proyecto Menotti quedaba en la nada. Bajo estas condiciones y, de cara al clásico frente al «encendido» Racing, Comparada optó por la contratación de Antonio Mohamed. Turco se hizo cargo al instante del equipo pidiéndole a los simpatizantes mesura y tiempo para con los jugadores. Con su propia metodología, aquella de la comprensión psicológica al jugador y de la mentalidad ganadora, Mohamed logró una victoria inesperada frente a Racing, con gol del joven Báez. Desde allí, comenzó la escalada en el plano internacional.

En la Sudamericana, Independiente tuvo la particularidad de contar con dos entrenadores. La victoria frente a Argentinos (2-1 en el global) fue dirigida por Daniel Garnero, a quien Antonio Mohamed le dedicó y le ameritó el triunfo, el pasado miércoles. De allí en más, Turco tomó las riendas del equipo contra Defensor Sporting en octavos (4-3 global), contra Tolima en cuartos (2-2 global, ventaja gol de visitante), contra Liga de Quito en semis (4-4, ventaja visitante) y contra Goias en la gran final, con la posterior definición por penales.

Independiente salió campeón de un particular torneo por obra y gracia de su entrenador. Le dio la responsabilidad de la capitanía a Eduardo Tuzzio (a pesar de que en la final la haya tenido el verborrágico Matheu). El ex River y San Lorenzo, guerrero de mil batallas coperas, es el jugador emblema de este equipo y merecía este título. Su último penal todavía eriza la piel de los lacrimógenos hinchas de Independiente, presentes en el Libertadores de América. Es el reconocimiento a un tipo que nunca bajó los brazos, más allá de los diversos traspiés que sufrió en su carrera profesional (conflictos personales, lesiones, etc.)

Pero Turco tuvo mucha responsabilidad en la levantada del nivel de Hernán Fredes. Criticado e insultado por los simpatizantes rojos, hoy le reconocen su esfuerzo más que a ninguno. Hipocresía pura, condición constante del simpatizante de cualquier equipo de fútbol en Argentina. El entrenador también supo potenciar a Nico Cabrera (volante todoterreno de enorme despliegue por la banda), Nico Martínez (un juvenil de mucho futuro), Lucas Mareque y Facundo Parra (de oxidado paso por Chacarita).

Desde su llegada a Avellaneda ratificó sus principios, esos que lo llevaron a ser uno de los mejores entrenadores del fútbol argentino, aunque varios peldaños por debajo del fabuloso Alejandro Sabella o del constante Ricardo Gareca. A quince años de aquella epopeya brasileña en Flamengo (Supercopa 95), Independiente revalida su condición de equipo copero. Sin el cuestionado Miguel Ángel López en el banco, Independiente vuelve a enriquecer su historia por virtudes de Antonio Mohamed, el Turco.

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