Para nosotros sos Maestro hace rato

Por Matías Enríquez

Su semana comenzó con un tropezón frente a Andy Murray, su eterno rival. Seguramente el lunes habrá costado digerir esa amarga derrota frente a su rival de toda la vida. Con un poco de gusto a revancha (por lo acontecido el año pasado) pudo derrotar a Verdasco. Despues vino Federer a quién le hizo probar de su propia medicina de un tenís clínico, preciso…eficaz sería el mejor adjetivo. Con criterio destronó al gran jugador, despues de él, que tuvo esta temporada tenística 2009, Robin Soderling. En la final fue derrotado por Davydenko, la otra gran revelación, por 6-3 y 6-4, pero su performance anual no admite reproches.

En 2004, Juan Martín del Potro comenzó su carrera como profesional. Salvo por su vertiginoso ascenso de aquella 2004 a la 2005 (¡escaló 918 puestos!), Delpo tuvo una subida progresiva en el ranking ATP. Pocos sabrán que el primer título de Del Potro fue en el formato de dobles y no en singles como, seguramente, él hubiera deseado. En aquel 2007, Delpo deslumbraba en el torneo de Indianapolis junto al norteamericano Travis Parrott. Bien vale el dato para la dupla de Davis para Febrero 2010 junto a David Nalbandian.

Luego de pisar fuerte en la temporada 2008, donde consiguió algunos títulos (póker consecutivo:  Stuttgart, Los Angeles, Kitzbuhel y  Washington), Juan Martín empezó a desarrollar su temporada 2009 en la novena ubicación del ranking de la ATP. En Australia, Roger Federer le puso el freno, en cuartos de final, a este chico que estaba destinado a sumarse a los ‘galacticos’. En Roland Garros, tuvo en jaque al propio Federer -posterior campeón del torneo- en una semifinal no apta para cardíacos. 6-3, 6-7(2), 6-2, 1-6, 4-6 fueron los números finales de la derrota frente al jugador mas grande de todos los tiempos. Ya iba a tener revancha.

A mediados del año no pudo encontrarle la vuelta a Wimbledon. Lleyton Hewitt derrotó al tandilense en la 2da. ronda del elegante torneo ingles. Sin trofeos en el primer cuatrimestre, decidió poner todo de sí en la segunda parte del año. Sus sueños de victoria y el propio ranking se lo pedían a gritos. Bicampeón en Washington, Delpo perdió con Murray en Montreal a una semana del US Open. Por estructura del cuadro del torneo neoyorquino, daba la sensación de que Murray volvería a detener a Del Potro en el «torneo que más me gusta» (propias palabras de Juan Martin), tal como lo hizo en la temporada 2008. Nada de eso ocurrió porque Murray fue derrotado antes de tiempo por el croata Marin Cilic.

Del Potro tenía el camino allanado hasta las semifinales, en donde derrotó a Rafa Nadal por un sólido triple 6-2. Llego en óptimas condiciones a la final y demostró la fortaleza mental de los grandes para llevarse por delante a Roger Federer con un emotivo 3-6, 7-6(5), 4-6, 7-6(4), 6-2. La paradoja del destino quiso que los partidos entre Roger y Delpo sean emotivos, sufridos y vibrantes. Lejos en el tiempo quedó esa sensata idolatría que bloqueaba al tandilense a la hora de enfrentar al suizo. Con respeto, Juan Martín dejó en claro que también tiene cuerda para derrotar a los galácticos del tenis.

En sus últimos torneos abundaron los abandonos por un calendario que no admite justicia con el físico de los jugadores. La ATP debería reveer este aspecto que ya no admite más debate. Sin grandes resultados, arribó a Londres para tratar de dar lo mejor de sí y colarse en semifinales para, de este modo, lograr superar la barrera de puntos obtenida el pasado año.

La derrota frente a Davydenko no tiene porqué detener su insostenible crecimiento. Ya desde sus testimonios se nota que quiere más. Comenzó el año con frases como «soy el mejor de los malos» (aludiendo a que no estaba a la altura del póker de estrellas del tenis: Roger, Rafa, Nole y Murray) y lo despide con anhelos tales como tratar de ser el número uno. Delpo debe entender que con sacrificio y, con la sabia cabeza de Davin a su lado, todo es posible. No importa la derrota del domingo, por todo lo mencionado y por esta enorme temporada, para nosotros ya sos un maestro.